Por Nicolás Ferrera

Sentimiento latinoamericano

“Una de las cosas que perdimos en Caseros, fue la costumbre de escribir y pensar como latinoamericanos. Bolívar, San Martín, Artigas, Moreno, Monteagudo, Rosas, etc. todos escribían y opinaban como americanos. Después de la caída de Rosas eso se terminó: como semicolonias, los países perdieron ese sentido americano.”
John William Cooke

jueves, 10 de junio de 2010

Dentro de la mente de un periodista

Por Nicolás Ferrera

Sin lugar a dudas, la práctica periodística es uno de los anhelos más grandes al que pueda aspirar un estudiante de alguna carrera de comunicación, ya que su preparación, a partir del ingreso al primer año de cualquier instituto, es un camino trazado para que la persona pueda contar con herramientas que le permitan llevar a cabo su labor de la mejor manera posible, siempre priorizando la ética y la búsqueda de información.

No obstante, el rol del periodista ha ido cambiando a lo largo del tiempo y de las líneas históricas, desde visiones clásicas, pasando por las contemporáneas y depositándonos en la etapa actual, en el seno de la “sociedad de la información”, modelo de sociedad entendida como receptáculo del efecto residual de la comunicación, de aquella comunicación privatizada, elaborada en las cerradas y tenebrosas corporaciones mediáticas, imperios comunicacionales que han impuesto un esquema desigual en el reparto de la información y han condicionado la libertad de expresión, estableciendo “la libertad de empresa” como una doctrina inquebrantable de la que no parece haber salida.

En contrapartida, los caminos alternativos en la comunicación siempre existieron y existirán en la medida que haya periodistas interesados en crearlos, arriesgando, buscando interiormente el equilibrio necesario para llevar a cabo una hermosa profesión, luchando contra las estructuras monopólicas con las armas más nobles que tenemos: la palabra, la información, la ética, y más importante aún, la dignidad.

El ejemplo de Rodolfo Walsh es un espejo constante, y su recuerdo sigue imborrable en cada texto, libro o artículo que escribió. Porque los periodistas también son eso, “letras que arman frases que dicen cosas”, y quedarán por siempre en el inconsciente colectivo de la sociedad. Walsh fue asesinado en Buenos Aires el 25 de marzo de 1977, por un grupo armado que se encargaba de desaparecer a todo aquel que pensara distinto a la dictadura del criminal Jorge Videla y su sequito de indeseables. 33 años después de su muerte, el rol de los medios de comunicación se encuentra en tela de juicio luego de mucho tiempo, donde el “status quo” informativo esta a punto de quebrarse. Bienvenido sea esa ruptura, bienvenida sea.