Por Nicolás Ferrera

Sentimiento latinoamericano

“Una de las cosas que perdimos en Caseros, fue la costumbre de escribir y pensar como latinoamericanos. Bolívar, San Martín, Artigas, Moreno, Monteagudo, Rosas, etc. todos escribían y opinaban como americanos. Después de la caída de Rosas eso se terminó: como semicolonias, los países perdieron ese sentido americano.”
John William Cooke

jueves, 6 de mayo de 2010

Globalización o populismo: El dilema de América Latina

(Por Nicolás Ferrera)

Desde hace tiempo que Latinoamérica está inmersa en un proceso de retomar sus raíces, que ha sido bautizado como “populismo”. De esta manera, los gobiernos de Hugo Chavez en Venezuela, Cristina Kirchner en Argentina, Lula Da Silva en Brasil y Evo Morales en Bolivia son reconocidos como populistas, en comparación con aquellos estados de la Latinoamérica de posguerra, donde el estado tenia plena intervención en la economía, retomando las políticas nacionales y brindándole al pueblo un bienestar social.

Como se mencionó antes, estos países “populistas” han realizado reformas revolucionarias que modificaron el mapa de medios y de la concentración monopólica. Esto fue posible gracias a un estudio del campo de las comunicaciones en cada país, donde la libertad de empresa estaba delante de la libertad de prensa, y la comunicación es tenida en cuenta como un producto más.

Para consolidar el sueño de una América libre, es oportuno aunar en un mismo camino la economía y la comunicación; la premisa es encontrar la independencia en estas dos esferas que se encuentran minadas por empresas que tienen su dominio desde el inicio del neoliberalismo en la región. Sin embargo, no es lo único a tener en cuenta: los investigadores británicos Kevin Robins y James Cornford sostienen que hay una simbiosis entre economía (producción, distribución y consumo) y cuestiones culturales (significados, identidades y estilos de vida).

El mundo en el que vivimos está sesgado por la globalización y las alternativas que surgen para mostrar una nueva forma de pensar la realidad. Estas ultimas tienen su fundamento en el sueño de Adorno y Horkheimer, proponer una cultura alternativa con epicentro en cada realidad distinta, sin un patrón que seguir. Las formas alternativas de comunicación están pensadas para contraponerse al poderío de empresas multinacionales y los monopolios informativos que estas generan.

La glocalización es esa mirada alternativa que puede encontrar América Latina, ver el mundo con sus propios ojos, con sus propias propuestas, produciendo un esquema comunicacional donde las culturas autóctonas tengan preponderancia, donde los demás tengan un espejo para imitar, sin imposición ni autoritarismo, sino enseñando el camino a aquellos que quieran fortalecer sus gobiernos y sus comunicaciones, para empezar a pensar en un continente libre y parecido al que nuestros pueblos originarios y héroes de la patria se propusieron doscientos años atrás.

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